Próximamente los mexicanos celebraremos el Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia. Las autoridades han organizado diversos actos para conmemorar esta fecha tan importante para todos los habitantes del país.
No obstante, antes de centrarnos en los festejos, es necesario analizar a conciencia este hecho histórico.
Realmente, ¿al consumarse la Independencia hubo una verdadera libertad? ¿Se lograron los cambios esperados?
Sin duda alguna en muchos aspectos no se obtuvieron los resultados deseados, en esta ocasión hablaré acerca del aspecto religioso.
Uno de los propósitos de la Independencia era la separación de la Iglesia del Estado, pues esta institución en gran parte ayudó al sometimiento del pueblo mexicano durante más de 300 años.
El aspecto religioso ha sido fundamental, en gran parte ha logrado unir a las masas. El más claro ejemplo lo tenemos con la aparición de la virgen de Guadalupe, esta imagen de una mujer de tez morena que logró encontrar un punto de identificación entre las castas en la Nueva España, sin duda la Iglesia Católica dio en el clavo para lograr la aceptación de su religión.
Si bien, esta profunda religiosidad fue parte de un sometimiento, también llegó a ser un punto clave para el comienzo de liberación. ¿A qué me refiero con lo anterior? Muy fácil, recordemos la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en la cual el cura Hidalgo llamó al pueblo a tomar las armas, tomando como estandarte el gran punto de identificación nacional: la imagen de la virgen de Guadalupe.
Pienso que fue una gran manera de convocar a las masas y conseguir el apoyo necesario, las clases oprimidas altamente religiosas no pudieron encontrar un mejor líder a seguir que un cura.
Ahora me pregunto ¿habría tenido igual impacto el llamado a iniciar la lucha, si en vez de un sacerdote hubiera tomado las riendas otro personaje?, ¿habría tenido la misma aceptación un estandarte con cualquier otra imagen? La respuesta seguramente es no, pues a pesar de que las castas estaban cansadas de tantos atropellos, necesitaban identificarse plenamente con el líder a seguir, necesitaban sentirse seguros ¡qué mejor protección que la de una imagen a la que tanta devoción le tenían!.
Incluso podemos ver la gran influencia de la religiosidad en “Los Sentimientos de la nación”, expuesto por José María Morelos y Pavón el 14 de septiembre de 1813. Los siguientes artículos hablan acerca de lo mencionado:
2º Que la religión católica sea la única, sin tolerancia de otra.
3º Que todos sus ministros se sustenten de todos y solos los diezmos y primicias, y el pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda.
4º Que el dogma sea sostenido por la jerarquía de la iglesia, que son el Papa, los Obispos y los Curas, porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó: omnis plantatis quam nom plantabit Pater meus Celestis Cradicabitur. Mat. Cap. XV.
19º Que en la misma se establezca por Ley Constitucional la celebración del día 12 de diciembre en todos los pueblos, dedicado a la Patrona de nuestra Libertad, María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos, la devoción mensual.
En el artículo 2 se muestra el apego del pueblo mexicano por la religión católica. Actualmente aunque en el país hay una diversidad en cuanto a creencias religiosas, la católica sigue siendo la de mayor aceptación.
En el caso de los artículos 3 y 4 no se cumplieron en su totalidad, pues a pesar de que las personas ya no se veían obligadas a pagar el diezmo o las primicias, no se respetó lo establecido de que el dogma fuera sostenido por la jerarquía de la iglesia, ya que se siguió manejando la religión a la conveniencia de las personas que no contaban con la autoridad suficiente para establecer el dogma.
Por último el artículo 19, fue el que se cumplió satisfactoriamente, incluso en la actualidad sigue presente la celebración a la Virgen de Guadalupe, se suspenden labores en escuelas, varias personas no trabajan, hay carencia de transporte público e incluso recorren largas distancias con tal de visitar la basílica.
Aunque posteriormente se siguió con la idea de la separación Iglesia-Estado, jamás se logró en plenitud, a pesar de que se creó mucha controversia en torno a este asunto, la influencia religiosa en los asuntos de gobierno siempre ha sido muy grande.
Actualmente estamos en las mismas condiciones, la Iglesia Católica sigue entrometiéndose en los aspectos políticos, pues sabe perfectamente que tiene influencia en el pueblo mexicano.
Un claro ejemplo lo vemos en la ley de la legalización del aborto, en varios estados de la República fue aprobado, pero en otros como Guanajuato fue totalmente rechazado. Podemos recalcar que esta diferencia de opinión se vio influida por parte de la religión.
Otro caso es la Ley de Convivencia, en todas partes se notó la inconformidad de la Iglesia por considerar “aberrante” el hecho de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, además de que hizo el llamado a los legisladores creyentes para que votaran en contra del proyecto.
En conclusión México siempre ha sido, es y será un país altamente influenciado por la religión. Sólo nos queda nuestra libertad de tener y elegir la postura ideológica que decidamos por medio del razonamiento, pues para eso somos seres pensantes.
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