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martes, 16 de marzo de 2010

Premios Nobel de la Universidad Nacional Autónoma de México

Premios Nobel de la Universidad Nacional Autónoma de México

Premio Nobel de literatura

Octavio Paz nació en 1914 en la Ciudad de México.
Gracias a la extensa biblioteca de su abuelo, Paz tuvo un contacto temprano con la literatura. Su padre, al igual que su abuelo, era también un periodista político activo, quien, junto con otros intelectuales progresistas, se unió a la sublevación agraria dirigida por Emiliano Zapata.

Paz comenzó a escribir a una edad temprana. En 1937 realizó un viaje a Valencia, España, para participar en el Segundo Congreso Internacional de Escritores     Anti-fascistas. Tan rápido como regresó a México en 1938, fue uno de los fundadores de la revista Taller, que marcó el surgimiento de una nueva generación de escritores en México, así como una nueva sensibilidad literaria. En 1943 viajó a los Estados Unidos con la beca Guggenheim, para adentrarse en la poesía modernista Anglo-Americana. Años más tarde se incorporó al servicio diplomático mexicano. Fue enviado a Francia, donde escribió El laberinto de la Soledad, su estudio fundamental sobre la identidad mexicana. Participó activamente, junto con André Bretón y Benjamín Péret, en varias actividades y publicaciones de tinte surrealista. En 1962 fue designado embajador en la India, etapa importante en el trabajo del poeta, como da cuenta en los múltiples libros que escribió durante su estancia en ese país, especialmente La Gramática del Mono y La Cuesta del Este. Sin embargo, en 1968, dimitió a su cargo en el servicio diplomático en protesta contra el gobierno por las demostraciones de represión contra los estudiantes en Tlatelolco, previo a los juegos olímpicos en México. Desde entonces, Paz continuó su trabajo como escritor y editor, fundando dos importantes revistas dedicadas a las artes y la política: Plural (1971-1976) y Vuelta (1976-1998). En 1980 fue nombrado doctor honorario en Harvard. Los premios recientes incluyen el Miguel de Cervantes en 1982, el más importante del mundo de habla hispana, y el Nóbel de Literatura en 1990.

Paz fue un poeta y un ensayista. Su recopilación poética es alimentada por la creencia de que la poesía constituye " la religión secreta de la edad moderna". Eliot Weinberger ha escrito que, para Paz, " la revolución de la palabra es la revolución del mundo, y que ambas no pueden existir sin la revolución del cuerpo: vida como arte, una vuelta a la unidad perdida mítica del pensamiento y del cuerpo, hombre y la naturaleza, yo y el otro". La suya es una poesía escrita dentro del movimiento y las transparencias perpetuas del presente eterno. La poesía de Paz se ha recogido en Poemas 1935-1975 (1981) y Poemas Recogidos 1957-1987 (1987). Un estilista notable de la prosa, Paz escribió un acervo prolífico de ensayos, incluyendo la crítica de varios libros extensos sobre poética, literatura y arte, así como también historia de México, política y culturas mexicanas.

Premio Nobel de la paz


Alfonso García Robles, nació en Zamora México en 1911. Después de estudiar leyes se incorporó el servicio foráneo de su país a 1939. A partir de 1962 a 1964 ocupo el puesto de embajador en Brasil, a partir de 1964 a 1970 era secretaria de estado en el ministerio de asuntos no nativos. A partir de 1971 a 1975 él era representante permanente de México en las Naciones Unidas; en 1975-76 él era Ministro de Asuntos Exteriores, y desde 1977 ha sido el representante permanente de México en el comité sobre el desarme que tiene sus jefaturas en Ginebra.

García Robles desempeñó un papel crucial en lanzar e implementar el acuerdo en la zona de América latina, que fue concluida en Tlatelolco, en la marcha del 12 de 1967. Le han llamado el padre del acuerdo de Tlatelolco. Éste, propuesto por Adolfo López Mateos, presidente de México en ese entonces, era el resultado de la crisis en Cuba. La idea era asegurar la prohibición de los armamentos nucleares y de que esta parte del mundo no estuviera implicada en ningún conflicto entre las grandes potencias rivales. Las negociaciones fueron conducidas por García Robles, y su habilidad de empresa y diplomática merece una gran medida de crédito para el hecho de que el acuerdo fue concluido con éxito después de algunos años de la negociación. El objetivo final, sin embargo, tiene todavía que ser alcanzado, pues los países tales como Brasil y Argentina han firmado el acuerdo pero hasta ahora no lo han puesto en ejecución .

García Robles también ha desempeñado un papel central con su trabajo en ONU para promover el desarme general. Él ha representado su país durante las negociaciones en Ginebra, pero su nombre se asocia sobre todo a la sesión especial del desarme de ONU. La primera sesión especial de esta clase fue llevada a cabo en 1978, y García Robles era uno de los representantes confiados con la tarea de coordinar las varias visiones y ofertas en un documento común. Él era en gran parte responsable de la adopción acertada qué se conoce como " el documento final " de esa sesión de la asamblea. Aunque la sesión especial siguiente de la ONU en 1982 no pudo repetir este éxito, García Robles recibió la ayuda para su idea de una campaña del desarme del mundo.
Premio Nobel de química
(autobiografía) Mario J. Molina Nací en la ciudad de México el 19 de marzo de 1943. Mis padres fueron Roberto Molina Pasquel y Leonor Henríquez de Molina. Mi padre fue un abogado; tenía un despacho particular, pero también era maestro en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En sus últimos años representó a México como embajador en Etiopía, Australia y Filipinas.
Fui a la primaria y la secundaria en la Ciudad de México. Antes de entrar a la secundaria ya me fascinaba la ciencia. Aun recuerdo mi emoción cuando vi por primera vez paramecios y amibas a través de un microscopio de juguete más bien primitivo. Convertí entonces en laboratorio un baño de la casa que apenas usábamos, y pasé largas horas ahí entreteniéndome con juegos de química. Con la ayuda de una tía, Esther Molina, que es química, seguí realizando experimentos más desafiantes en la línea de aquellos realizados por estudiantes de química de los primeros años de universidad. Apegados a la tradición familiar de enviar los padres a sus niños a estudiar al extranjero por un par de años, y conscientes de mi interés en la química, fui enviado a una escuela en Suiza cuando tenía 11 años, bajo la convicción de que el aprendizaje del alemán era importante para un posible químico. Yo estaba muy entusiasmado de vivir en Europa, pero me desilusionó que a mis nuevos compañeros no les interesara la ciencia más que a mis amigos de México.
Para entonces ya había tomado la decisión de ser investigador en química; antes, había contemplado seriamente la posibilidad de dedicarme a la música (solía tocar el violín por ese entonces). En 1960 comencé los estudios de ingeniería química en la UNAM, toda vez que este camino, que ofrecía materias de matemáticas a las que no se tenía acceso en la carrera de química, era el más corto para llegar a ser un físico-químico.
Luego de terminar la carrera en México, decidí cursar los estudios de posgrado en físico-química. Esto no era fácil: si bien mi preparación en ingeniería química era buena, adolecía por el lado de las matemáticas y la física, así como en diversas áreas de físico-química básica —materias como mecánica cuántica eran totalmente ajenas a mí por aquel entonces. En un principio me trasladé a Alemania e ingresé a la Universidad de Friburgo. Luego de dedicar cerca de dos años a la investigación en cinética de polimerizaciones, caí en cuenta de que quería dedicar más tiempo al estudio de algunas materias básicas a fin de ampliar mis fundamentos y explorar otras áreas de la investigación. Así, decidí solicitar mi ingreso a algún posgrado en Estados Unidos. Mientras ponderaba mis planes futuros, pasé varios meses en París, donde pude estudiar matemáticas por mi cuenta y donde pasé ratos maravillosos en charlas sobre todo tipo de temas —desde la política hasta la filosofía y las artes— con muchos buenos amigos. Posteriormente regresé a México como Profesor Asistente de la UNAM, y creé ahí el primer posgrado en ingeniería química de México. Finalmente, en 1968 me trasladé a la Universidad de California en Berkeley para realizar mis estudios de posgrado en físico-química.
En mi primer año en Berkeley tomé clases de física y matemáticas, además de las materias obligatorias en físico-química. Seguidamente me incorporé al equipo de investigación del profesor George C. Pimentel, con el objetivo de estudiar dinámica molecular con ayuda del láser químico, que había sido descubierto por ese equipo de investigación algunos años antes.
En 1989 regresé a la vida académica, trasladándome al Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde he continuado mi trabajo de investigación sobre temas generales de química atmosférica. Si bien ya no paso mucho tiempo en el laboratorio, disfruto mucho del trabajo con mis alumnos de posgrado y posdoctorado, cuya labor representa un gran estímulo intelectual para mí. La enseñanza también me ha beneficiado: al explicar mi punto de vista a estudiantes con mentes críticas y abiertas, continuamente me veo obligado a examinar y recrear mis ideas. Ahora concibo la enseñanza y la investigación como actividades complementarias que se retroalimentan.
Cuando elegí por vez primera el proyecto de investigación sobre el devenir de los clorofluorocarbonos en la atmósfera, fue simplemente por curiosidad científica. No consideré en ese momento las consecuencias ambientales de lo que Sherry y yo comenzábamos a estudiar. Me emociona y me mueve a humildad el que pude hacer algo que no sólo contribuyó a nuestra compresión de la química atmosférica, sino que también tuvo profundas repercusiones en el medio ambiente global.
Uno de los aspectos más gratificantes de mi trabajo ha sido la interacción con un grupo inmejorable de colegas y amigos de la comunidad internacional de científicos atmosféricos. Valoro en verdad estas amistades, que han perdurado en muchos casos por veinte años o más, y que espero que se mantengan por muchos años más. Considero que este Premio Nobel representa un reconocimiento al excelente trabajo de mis colegas y amigos en el campo del agotamiento del ozono estratosférico.
Escrito por: Castro Granados Erick Ivan
Capturado por: García Serrano Víctor J.

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