EL “CUATACHISMO” Y EL P.R.I.

Cuando el P.R.I. (en aquel entonces Partido Nacional Revolucionario) su nacimiento era de urgencia nacional. En un país en pleno desorden, existían decenas de agrupaciones políticas de todas clases. Se imponía restablecer el orden, y Plutarco Elías Calles logro ese orden a través de un súper-partido  que uniese a todos; campesinos, obreros, oficinistas, profesionistas, maestros e incluso policías y soldados del Ejercito. La situación del país en lo general mejoro, y el desorden se transformo en orden. Años después vendría el “segundo aire”; un nuevo impulso renovador, en este caso de orden estricta y urgentemente económico. Fue cuando el presidente fue cuando el presidente Lázaro Cárdenas decreto imposible la renovación económica del país y el bienestar personal de todos los mexicanos, si el pueblo no era beneficiario se sus propios recursos naturales. Y vino entonces la expropiación petrolera; la de los recursos minerales; los ferrocarriles, la energía eléctrica, el equitativo reparto de la propiedad agrícola, etc. Y con el bienestar, vino la Explosión Demográfica, y con esto el monopolio del P.R.I.

Del P.R.I. salía el gobierno, y el gobierno designaba a todos los trabajadores. Ya no solamente burócratas y funcionarios públicos; policías y soldados; caciques, campesinos y maestros de escuela, si no también, y con la propiedad de las grandes empresas: bancos, refinerías de petróleo, gasolineras, ferrocarriles, energía eléctrica, telégrafos, teléfonos, empresas metalúrgicas, fábricas de tractores, camiones etc., el gobierno nombro a todos los trabajadores, desde el Director-Gerente hasta el mozo, y la fuerza económica de valor insuperable para todos los mexicanos… el “cuatachismo” lo convirtió en la maldición dl siglo XX para todos los mexicanos.

El “cuatachismo” viene de la palabra cuate que, como algunos sabemos equivale a “hermano gemelo”. Entre los mexicanos, después de la cuarta a quinta copa la expresión “tu eres mi cuate” nos equivale a “tu eres mi hermano”.

Con esto vino el desastre durante esta época.

Fue cuando se repitió por todas partes y cada año, cada vez mas, un dialogo folklórico como lo siguientes que damos a conocer:

~El funcionario a “su cuate”:

“si, hay ese puesto de…(gerente, director general, administrador, inspector de policía, director de escuela, etc.) pero, ¿tu que sabes de esto?

~El “cuate”:

“pues, tanto como saber, pues, no , casi nada, pero para eso somos cuates, ¿no?

~“si, mi cuate, pero lo que te ofrezco es de mucha responsabilidad. Además el sueldo es de tres millones de pesos mensuales”.

~“¿tres millones de pesos nada mas?¿que no hay horas extras. Viáticos, prestaciones, viajes, compensaciones, automóvil, chofer y que paso con…

Hasta aquí el dialogo; lo que continuo de el fue tan secreto; pero tan en secreto, que no disponemos de elementos imaginativos para seguir inventándolo.

Lo real, lo triste del “cautachismo”, es la espantosa realidad económica en que se encontraba el pais y en la que se sigue encontrando.

Aquí en México , “Altos Hornos” se tuvo que vender por que producían perdidas en vez de ganancias, y la fundidora de Fierro y Acero de Monterrey nadie la quiso ni regalada por que si la aceptaban , tenían que pagar antes sus inmensas deudas. En Francia y Alemania los ferrocarriles  constituían las dos empresas de mas altas ganancias dejaban de cuantas existían en estos países, aquí en México los ferrocarriles dejaron perder muchas ganancias. Y el remedio a sido tal vez peor que la enfermedad: el gobierno mexicano decreto la devolución y venta de todas las grandes empresas nacionales, las llamadas “para-estatales” todo por el “cuatachismo”.

Por:

Ayala Calva Mariana Saraí

Corro Sedano Katterine Fabiola

Martínez Gonzales Andrea

Hernández Leyte Karla Arlette

Bibliografía:

Benjamín Arredondo Muñozledo, “Historia Universal Contemporánea”, Porrúa, vigésimo cuarta edición, México 1961.