Un ejemplo de esto es el sismo ocurrido en el año de 1957, el cual fue de 7.7 grados en la escala de Rithcher con un epicentro en Acapulco.
Este sismo causo pánico entre los habitantes de la ciudad, pues nunca antes un sismo de tal magnitud había ocurrido, edificios derrumbados y los desastres de las calles principales (Reforma y Bucareli) solo hacían que el miedo se agravara, entre las varias perdidas en este terremoto, se puede recordar la caída de “La Victoria Alada”, o mejor conocida como el ángel de la independencia, la figura del “Monumento a la Independencia”, la cual había sido mandada a construir por el presidente Porfirio Díaz para el celebrar el Centenario de la Independencia de nuestro país.
Gracias a este terremoto se adquirió una conciencia más real de lo que un temblor puede causar, aun así, el país nunca pensó que pudiera repetirse algo como lo que esa mañana sucedió y mucho menos que fuera de mayor intensidad. La ciudad quedo dañada, no se hicieron las reparaciones necesarias lo que llevo a que en el sismo del año 1985 la mayoría de los edificios se cayeran.
En conclusión tal vez después de lo anterior se pegunten ¿Qué tiene esto que ver con el bicentenario? Muy fácil. En estas fechas han sucedido miles de temblores que han dejado devastados a muchos de los países de Latinoamérica así como extranjeros, en México en estos años de fiesta no podemos saber si estamos o no a salvo de un desastre de tal magnitud.
Aparte de que forma parte de nuestra historia, son sucesos que han ocurrido en nuestro territorio y no deben ser olvidados, pues deben ser tomados como una referencia hacia lo que puede suceder en este presente.
Fuente:
Revista Contenido. Julio 2006.
Escrito por:
Alejandre Millán Montserrat
Castro Muñoz Alma Abisag
Montes Medina Aline Carolina
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